viernes, 14 de marzo de 2014

Okay, probablemente no sea necesario decir mi nombre solo seré Mory...pues estoy en la universidad, llevo una vida normal como cualquier otra “mujer” de mi edad, ya pase aquella etapa de drama adolescente y ahora gracias a la bendita madurez veo la vida  diferente, dejo que fluya todo a su ritmo, que pase lo que tenga que pasar, porque lo que debe ser será y sucederá naturalmente.
Tengo familia, un perro y sigo con vida; cuando enlistas las cosas importantes en tu vida por lo general incluyes a tus amigos, algo que yo no hago, por el simple hecho de que al parecer no es bueno tenerlos como prioridad, digo, siempre van a ocupar una gran parte de ti, pero es difícil darse cuenta que siempre estoy ahí para las personas pero cuando yo necesito algo ¡BUM! Se esfuman como polvo de señoras hadas, así que los amigos son importantes, muy importantes, pero no indispensables y probablemente tampoco son para toda la vida, o eso ya lo veremos en un futuro.
Bueno el punto aquí es que la vida es muy corta, en verdad lo es y no la pasamos quejándonos de todo lo que nos pasa, de lo que no tenemos y de lo que quizá antes teníamos y ahora lo perdimos y estamos arrepentidos, lo más triste de la situación es que aunque sabemos que estamos realmente jodidos y apuesto lo que sea que así como yo hay muchas de personas que nos dicen “vive el momento”, “el presente es lo único que tienes” ahí sigue uno en la misma posición sentado en el mismo sillón, pensando en lo que debería estar haciendo, que haré mañana, que empezare el lunes y que probablemente nunca sucederá; yo quiero ser actriz, y ser famosa y quiero un chingo de cosas, pero si me preguntan qué he hecho para lógrarlo, alguna audición, alguna obra, clases de actuación, preparación personal, NO!, no he hecho nada, así si llegare lejos….
Hay dos dilemas muy grandes de la vida, el primero es: “no busques las cosas, solitas llegan” y el segundo: “lucha por lo que quieres, hasta conseguirlo”….lo más difícil de la situación es que nosotros humanos ignorantes no sabemos cuándo aplicar cada uno, por ejemplo, el amor, si vieran, me la he pasado buscando el amor en cada esquina, voy a la tienda: “arréglate por que puede que ahí encuentres a alguien”, en la escuela: “él está guapo probablemente sea el amor de mi vida”, en un bar: “y si aquel muchacho atractivo se me acerca y terminamos amándonos”, y una mentalidad bien estúpida y estoy casi segura de que cuando deje de pensar todas esas idioteces va llegar ese hombre, en el momento menos esperado, el lugar menos indicado, quien menos me imagine, pero por lo mismo dejemos el tema del amor a un lado.
Si nos ponemos a analizar nuestras vidas, el niño que fuimos hace algunos años ¿admiraría a la persona en la que nos hemos convertido?  De verdad creo que la mayoría de pequeños veíamos a una persona de 19 a 25 años como una persona adulta, ya todos unos señores y claro, nos imaginábamos a esa edad como todos unos bomberos, astronautas, presidente del país, cantantes, modelos, doctores, bailarinas, en fin un montón de mamdas que no hemos logrado…aun, o quizá algunos si lo hayan logrado a estas alturas, pero la mayoría de nosotros seguimos estudiando, de mis 19 años he vivido estudiando 14 y aun me faltan, y aun así creo que no hay mejor escuela que la vida misma, no hay mejor forma de aprender que con la experiencia propia; puedes haber leído los mejores libros de cocina, de todo tipo, de cualquier nacionalidad, hasta aprendértelos de memoria, pero si nunca has prendido una estufa de muy poco te van a servir. Así exactamente funciona la vida, la vida es esa estufa que tenemos que encender y quemarnos de vez en cuando para hallarle el modo y aun así no vamos a estar libres de quemaduras, y si se le acaba el gas a la estufa ni modo, hay que ponerle más, hasta que esta cumpla su ciclo. Una metáfora un poco extraña, pero así es la cosa.
Si todo fuera como nosotros queremos ¿de verdad estaríamos satisfechos con eso? La respuesta en no, no, no, no, y no y Mil veces NO, porque aunque todo fuera perfecto, siempre habría algo que quisiéramos tener y no podemos, así somos las personas, nunca estamos conformes con nada, los blancos quieren ser morenos, los morenos blancos, los altos chaparros, los chaparros altos, no digo que nadie este conforme consigo mismo pero son contadas las personas, la mayoría de nosotros queremos algo y cuando lo tenemos, inmediatamente surge otra “necesidad”, y es tan difícil estar conforme con lo que se tiene, y no tanto lo material sino todo en general, el físico, el dinero, el carro, la ropa; y sobre todo las mujeres, somos tan complicadas con esa situación, yo no conozco a una mujer que este conforme con cada parte de su cuerpo, hasta el pinche dedo chiquito que esta poquito chueco se vuelve un verdadero problema. Somos tan mamones y egoístas, que cuando vemos a una persona que está más jodida que nosotros, ahora si ya amamos lo que tenemos y apreciamos todo lo que se nos ha dado, pero luego se nos olvida y volvemos a ser los mismos egoístas; por ejemplo, alguna vez un profesor me dijo, que cuando uno da limosna lo hace a beneficio propio, suena muy egoísta pero es cierto, lo hacemos para sentirnos bien con nosotros, típico que siempre decimos hice mi “acto bueno del día”; ¿porque donamos al teletón? Aaaa por que nos tientan el corazón y como llamaste y donaste 20 miserables pesos ya eres una gran persona que le está cambiando la vida a un niño con cáncer, y no digo que sea malo donar a esos eventos caritativos, en verdad se hace por una noble causa pero muchas veces lo hacemos más para sentirnos buenas personas, aliviados, con la conciencia tranquila.

Total, hay tantas cosas para quejarnos este largo miércoles por la noche, en verdad hay un sinfín de cosas malas para sacar al pesimista que llevamos dentro, pero si nos abriéramos un poquito más a las cosas, a esos pequeños detalles de la vida que nunca vemos pero que siempre están ahí y cuando los notamos en verdad se vuelven extraordinarios, esos pequeños detalles que mientras vamos creciendo olvidamos poco a poco, ¿Cuándo fue la última vez que te mojaste con la lluvia? Probablemente una vez que te agarro la lluvia camino a tu casa o al trabajo, o en el tramo que recorriste de la oficina al carro y quizá fue en verdad molesto porque ese día llevabas unos zapatos que se pusieron feos con el agua, o te habías peinado y se arruino o simplemente te mojaste y ash; y la lluvia algo tan maravilloso que nace de la nada, que da vida, que nos llena de hermosos olores, que crece frutos y árboles; el transporte público, otra de las cosas que usamos por necesidad más que por gusto, y nosotros jóvenes, nos subimos con las orejas tapadas, la música a todo lo que da, hundidos en nuestro mundo, pensando en no sé qué cosa que se convierte en otra cosa y en otra cosa, pero si alguna vez nos quitamos los audífonos y analizamos un poquito a nuestro alrededor, nos encontraremos con muchas historias que probablemente nos inciten a escribir un libro o algo por el estilo, alguna platica de una madre soltera, dos comadres de edad adulta platicando alegremente, jóvenes de bachilleres que les importa un comino y se gritan de un lado a otro del camión, alguna chica que es nueva en esa situación del transporte público que ve a todos con cara de asquito y que le toco ir parada y  por poco y se cae, o escuchar de vez en cuando al hombre que se sube con su guitarra y empieza a cantar una que otra canción, todos lo ignoran y lo miran con indiferencia pero el sigue cantando a todo pulmón y como mencione anteriormente, como egoístas que somos probablemente ni escuchamos lo que canto pero le damos un peso para no sentirnos tan mal. Otra cosa maravillosa de la vida es comer, y si tal vez sea una persona gordita que cataloga el comer entre los más grandes placeres de la vida; pero me refiero a comer de verdad no solo marranadas, de esas de las que por más que comas y comas sigues con hambre porque no estas nutriendo tu cuerpo, simplemente estas saciando antojos, yo hablo de la comida en forma la que tu preparas o la que prepara tu mamá o tu abuelita que a mi ver, podrás ir al mejor restaurante “finísimo de parís” pero no se comparara con la comida hecha en casa, te podrán servir el mejor caviar, la mejor langosta, pero nada será mejor que los frijoles (o cualquier comida casera) guisados por mamá, así que la próxima vez que te sientes a la mesa, disfruta todos esos sabores, olores, sensaciones, cada bocado, mastica lento, no hay prisa, que para todo hay tiempo.    

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